Hollywoodland - 2006 en Cine Compuntoes

Creo que me costará poco convencer a cualquiera para ir a ver esta película, una frase me bastará: Ben Affleck (George Reeves) no parece Ben Affleck.
Ahora solo hace falta que os lo creais.
De principio a fin os va a tener entretenidos en el asiento, a ser posible que no haya nadie con palomitas en las cercanías pues el ritmo de sonido es más bien lento y bajo. No me explico cómo esta película no ha recibido una sola candidatura a los Oscars, pues merecería, a mi juicio, dos o tres, mínimo. Igual no es que mereciese ganarlos en función de lo que tenga delante, pero al menos sí reconocerle los méritos que tiene, que no son pocos.
Empezando por eso de que Ben Affleck no parece él mismo, sino que lo han pasado por una escuela de interpretación y, vaya, que no le regalaron el aprobado, y con buena nota. Es una especie de secundario-protagonista que tal vez debería haber sido reconocido su trabajo un poco más.
Adrien Brody (Louis Simo) se sale de la escala. Da igual lo que le echen a este pedazo de actor, ya sea en la memorable El pianista o en la aquí comentada The jacket, se llega a confundir dónde termina el personaje y dónde empieza el actor, vemos a Brody, sí, pero acabamos por creer que Brody es es ese personaje que responde por otro nombre, sea ficticio o real. No la he visto pero muy bien tendrá que estar DiCaprio en Blood Diamond para que le hayan dado una candidatura a los Oscar en vez de a él, por poner un ejemplo.
Diane Lane (Toni Mannix) está mejor que bien. Apenas llegada a la cuarentena, cómo decirlo, está increíble, con aspecto de veinte años menos, y al final pareciese que tuviese unos cuantos (bastantes) más, reflejando el cambio en el estado de ánimo del personaje de un modo que no necesita palabras. Pasa por todos los registros que puede tener un personaje en una misma película sin buscarlos a propósito. Y además convence.
Bob Hoskins (Eddie Mannix) no es que aparezca tanto como sugiera el que sea uno de los cabezas de cartel (aunque su imagen sí que no aparece en el mismo), pero los minutos en los que aparece son para quedarse mirando una lección de cómo actuar. De especial atención la misma escena a la que hago referencia con Diane Lane hacia el final de la película.
Y los demás papeles de importancia los llevan mujeres, como Lois Smith (Helen Bessolo) y Molly Parker (Laurie Simo), haciendo de madre de Ben Affleck y ex-esposa de Adrien Brody respectivamente. Salen y cumplen con lo que tienen que hacer, el guión tampoco les da para mucho más.
Otra, más conocida quizás que las dos anteriores, es Robin Tunney (Leonore Lemmon), quien es parte de los protagonistas de Prison break y la primera paciente del dr. House (¿recordais aquella profesora de parvulario que se cae en clase?). Quizás sobreactúe un poco en alguna escena, pero en otras me ha encantado. En particular por lo bien que se lo dejó el guión en la que llama por teléfono tumbada en el sofá.
No puedo olvidarme de una pequeña joya (en casi todos los sentidos) que creo haber descubierto aquí. Se trata de Caroline Dhavernas (Kit Holliday), que hace de secretaria (y algo más) del personaje de Brody. Por momentos su parecido físico con Christina Applegate me ha hecho pensar "vaya, si ahora además actúa", pero al ver que no era ella, sino esta guapísima canadiense, tengo que reconocer que tenemos delante a alguien de quien se podrían ver buenos papeles. Esperemos que sea así.
En lo técnico, tenemos algún pequeño errorcillo de montaje aquí y allí, sobre todo por cambiar la cámara de lugar en la misma escena y no estar los actores justo en el mismo sitio, pero es soportable. Es peor algún cambio de ritmo que tenemos de vez en cuando, haciendo que a estas casi dos horas de película le sobren algunos minutos, pero poca cosa también.
El guión es, por otro lado, de lo mejor, dejándonos perlas como la arriba escrita, pero que elegí sólo porque es la primera de una serie de ellas que nos va dejando a lo largo de toda la cinta. Repito, me remito a la escena de la llamada en el sofá.
La música acompaña (casi tan bien como en Crash), sin erigirse en protagonista en ningún momento, incluyendo el final. Otros directores habrían lo habrían estropeado subiendo el volumen y poniendo algo épico. Aquí, sin embargo, se deja que el mayor sonido que oigamos sea el de nuestro propio cerebro asimilando lo que estamos viendo.
Sin duda una gran película, digna de más reconocimiento que el que en principio parece obtener.
Nota de Cine Compuntoes: 9.5